Los clientes son el activo más importante de cualquier negocio, sin importar su naturaleza. Por eso, mantenerlos felices y hacer que renueven sus contratos de servicios o sigan comprando los productos debe ser la motivación de toda organización.
Todos los esfuerzos de los departamentos que integran la empresa deben estar dirigidos a cumplir a ese objetivo. Pero, ¿cómo lograrlo?
- Ponerle atención y anticiparse a sus necesidades: es importante conocer al cliente de tal manera que sea posible adelantarse a sus requerimientos, pensamientos y acciones.
- Tomar en cuenta el día del cliente: conocer su cotidianidad, rutina y estilo de negociación es fundamental para mantenerlo contento.
- Preguntarle constantemente sus requerimientos y caprichos: no sólo hay que adelantarse e indagar sino también preguntarle por aquello que necesitará en el corto, mediano y largo plazo.
- Ser responsable de los errores: hasta los más profesionales no son infalibles. Como seres humanos somos propensos a cometer equivocaciones, no alcanzar las proyecciones e incluso cometer acciones que terminan por ser un verdadero desastre. El éxito está en reconocer y en actuar rápidamente para revertir el error.
- Ir más allá y hacer mucho más de lo que pidan: a todos los clientes les agrada recibir más de lo presupuestado. El valor agregado en cada proyecto es de carácter obligatorio.
- Tener todo preparado antes de un posible caos: cuando se trata de marketing digital, tener un manual de gestión de crisis es una herramienta de muchísima ayuda. Es importante que todos los miembros del equipo sepan reaccionar ante las quejas, opiniones negativas y los errores que puedan suceder en el trabajo cotidiano.
Siguiendo estas recomendaciones será mucho más sencillo cumplir con la meta de mantener una cartera de clientes sólida y creciente.