Todos los seres humanos poseen la cualidad fisiológica de la percepción, esta le permite captar, catalizar y comprender, a través de procesos mentales determinados, a todo su entorno.
Gracias a los cinco sentidos es posible percibir el mundo. La vista no es el único sentido que involucra al diseño en sus procesos ni tampoco es el destino de los productos que desarrolla. Veamos:
Sentido del oído: el diseño industrial elabora espacios acústicos para potenciar las cualidades del sonido y propagarlo de la mejor manera en salas de conciertos. También, desarrolla instrumentos musicales, auriculares y otras herramientas pensadas en mejorar la calidad de la audición.
Sentido del olfato: pensemos en la arquitectura y el diseño de espacios interiores, disciplinas que con sus aplicaciones propician una atmósfera donde el aire fluye correctamente y así facilita la libre respiración y la percepción correcta de los aromas.
Sentido del tacto: la industria del mueble se encarga de elaborar diseños ergonómicos que sirven para brindarle el máximo confort a sus usuarios. Por otro lado, la industria de la moda diseña y confecciona prendas que cubren a las personas para que luzcan bien y se protejan contra los climas fríos o cálidos.
Sentido del gusto: todo lo relacionado al branding y a la creatividad visual en estrategias sensoriales que apuntalan diversos objetos de diseños con atmósferas que integran catas y degustaciones, sin mencionar el papel del diseño en la buena presentación gastronómica.
Sentido de la vista: color, textura, dimensiones, sombras, matices y luces. La vista es el sentido capaz de proporcionar la mayor información útil y significativa a la percepción de los seres humanos. El diseño tiene campo de acción en todos y cada uno de esos aspectos.