Emprender es un arte complicado que requiere de muchas actitudes y aptitudes. Requiere de pasión, inspiración y sobre todo de mucha disciplina. Sin embargo, es común que los emprendedores cometan ciertas equivocaciones por su falta de experiencia, entre las más destacadas podemos mencionar las siguientes:
- Falta de un proyecto empresarial/modelo de negocios: es imposible contar con un algún tipo de financiación si no contamos con un modelo de negocios. Las ideas deben organizarse de manera escrita y muy completa para garantizar el éxito del empresario.
- Intentar crecer muy a prisa: hay que saber medir cuando y como hacer las cosas en tu negocio. Todo a su tiempo. Del apuro solo queda el cansancio.
- No pedir ayuda y hacerlo todo nosotros: un emprendedor no puede ser director, contable o diseñador ¡Todo al mismo tiempo! Se necesitan delegar funciones y repartir el trabajo para lograr los objetivos.
- No trabajar la marca personal: jamás hay que menospreciar a la marca personal del empresario emprendedor y de sus colaboradores.
- Basarse en el precio para buscar colaboradores: lo barato puede salirnos caro. Pero no necesariamente un colaborador con los bolsillos llenos es sinónimo de buenos resultados.
- No tomar en consideración a la cuenta de resultados: no hay que olvidar nunca, que la cuenta de resultados puede cerrar nuestra empresa. Si nos centramos solo en la parte positiva del emprendimiento, podemos tener resultados bastante desastrosos.
- No tomar en cuenta a Google: Google es el Dios moderno. Lo sabe TODO. Y si no estás en Google, no eres nada ¿No crees? Es vital conseguir que google nos posicione en los primeros lugares de búsqueda.
- Abstenerse de cambios: cambios, cambios, cambios… ¡El mundo siempre está cambiando! Y así deben ser los empresarios. Los emprendedores suelen estar expuestos a los cambios más que nadie. Ya que el mercado, los hábitos de consumo, legislación y la competencia están constantemente cambiando, por lo que hay que adaptarse lo mejor posible a los cambios.
- No usar Internet: a Internet hay que verlo como una carta de presentación. En estos tiempos actuales, es probable que sea una de las formas más efectivas de que nos conozcan clientes nuevos. ¡No hay que olvidarnos de internet!
- Enfocarse más en el producto que en el cliente: La idea básica es venderle al cliente el producto que está buscando, no venderle cualquier artículo solo para vender. El cliente siempre tiene la razón.